Es tiempo
de acción
¡Es
la guerra! El país se encuentra en una situación límite de consecuencias no
calibradas aún por la sociedad ni por su cabeza pensante, el gobierno de España.
Como
votantes, como inteligencia colectiva, hemos fallado en poner al frente de
estos tiempos a una persona que tiene muchas virtudes para la negociación en
condiciones favorables y con el tiempo a su favor, pero no cuando pintan en
bastos y los tiempos de reacción deben ser instantáneos.
Los problemas
que nos acucian hay que enmarcarlos en el ámbito internacional, en la crisis de
crecimiento asimétrico de la Unión Europea, en la crisis del mercado, en la de
la economía especulativa que ha fagocitado a la real, a al basada en el
crecimiento productivo, y sobre todo en el desmantelamiento de toda la
capacidad industrial, especialmente en nuestro país, a favor de regímenes donde
no se respetan los mínimos derechos humanos y por tanto crea incapaz de ser
productivo y competencia de los mismos con los requerimientos sociales e
impositivos de Europa.
Nos
hemos quedado sin nada que producir, y cuando se ha acabado la fiesta del
dinero fantasma aún nos sorprendemos que tengamos casi 6 millones de parados.
El
gobierno, en primer lugar y bajo mi opinión debería convocar dada la gravedad a
toda la sociedad, dirigirse a la nación exponer cuales son nuestros problemas
reales e indicar cual es el camino a seguir: este es el plan y estos van a ser
los costes, económicos y sociales, y todos a morder un palo y a luchar por una
idea y un modelo de país y de Europa. Para ello debe tener altura de miras,
sacrificar sus peones corruptos, partidismos, liberar las instituciones de
sectarismos políticos en definitiva y abrir frentes.
El
frente económico-financiero, cédula de crisis y ministros al frente, pero las
batallas han de librarse en más campos de batalla:
-Europa.
Negociar, proponer ideas dar la lata, en la comisión, en el parlamento europeo,
en las reuniones del euro grupo. Eso si que es una buena política de marketing
y no las imbecilidades nominalistas de llamar rescate o no a lo evidente.
Aprovechar el momento de crisis para hacernos un lugar por útiles.
-empleo
y recuperación económica. ¿Cuáles son las potencialidades de España? Creo que
son varias y así de pasada se me ocurren varias: tenemos un sector
naval-militar de los mejores del mundo, y en vez de potenciarlo lo silenciamos
como si nos diera vergüenza. Agricultura, exportamos a toda Europa, debemos ser
ejemplo de alta calidad y potenciar la agricultura ecológica, la que crea valor
añadido. Turismo, nuestro principal motor y que hemos hundido. Las circunstancias
son inmejorables, con debilidades en zonas de competencia directa como norte de
África, y Grecia es el momento ideal de impulsarse. Para ello hay que revertir
el proceso de urbanización de playas e invertir en calidad y formación del
sector, para optimizar las oportunidades y diferenciarnos, especializarnos.
Sector del ferrocarril, somos punteros en tecnología y fabricación de convoyes
y en alta velocidad, un gran impulso será si se concreta el laboratorio del “anillo
de Antequera” donde permita desarrollar y probar la nueva tecnología española
en alta velocidad, y vender gestión, ingeniería y productos terminados (trenes)
a países con alta capacidad económica. Y más aún.
-competitividad.
No es solo como dicen algunos trabajar más con menos, eso es el modelo chino y
durará un tiempo limitado, o bien hasta que los chinos sean más ricos que
nosotros y les fabriquemos desde aquí, o bien hasta que los trabajadores esclavos
se levanten en armas.
El
principal problema de la competitividad española es el marco fiscal y los altos
precios de transporte y consumo eléctrico. Si para disminuir la factura
económica y de paso reactivar el sector de la construcción hay que abolir la
moratoria nuclear ¿a que estamos esperando?, desde luego tendríamos la ventaja
de que las únicas empresas que quedan con dinero para acometer macroproyectos
en este país son las eléctricas. Además podríamos negociar una quita importante
de la deuda que le acumulamos a cambio de esto y obligarles a la instalación de
energía verde en una proporción a estudiar en función de la nuclear instalada. Invertir
en transportes. Si bien se ha invertido mucho en la red de carreteras y el alta velocidad, es necesario mantener
esas infraestructuras e invertir en corredores económicos de mercancías, actualizar
y reforzar la red de ferrocarril de mercancías, modernizar puertos y
permeabilizar la frontera con Francia y Portugal.
En
fin que en mi opinión se pueden hacer muchas cosas y aunque sea de manera
desordenada y a modo de listado ahí quedan expuestas.
No
podemos resignarnos al hundimiento y a que los mejores de este país estén en
las colas del paro o huyendo a otros países.