ahora, con perspectiva de unas semanas, y desde que el humo salió de nuestras vidas en los bares, he empezado a descubrir un mundo de sensaciones nuevas.
El olor a tabacazo ha dado paso a un compendio de efluvios varios: olor a pis, sobaco sudado, cuerpecitos corruptos, frites variados...
ya no hay ni quien oculte un peo mañanero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario